Especial Bicentenario
La Victoria en 1814
Miércoles, 12 febrero 2014
Por Editor Redacción - El Clarín
Fuente Germán Fleitas Nuñez | La Victoria colonial vivió su
época de mayor esplendor en las últimas décadas del siglo XVIII. Tenía para
entonces doscientos años. Rodeada de abundantes “pastos y potreros” donde se
criaba ganado de todas clases, copiosas cosechas de todos los frutos, “más de
cuarenta trapiches e ingenios”, producía añiles, cacao y algodón. Estaba regada
por los ríos Calanche y Aragua los cuales bordeaban sementeras de caña dulce,
trigo, huertas y vegas sin advertirse en sus confines “planta alguna ponzoñosa
ni nociva.”
Era sede de las Milicias de Aragua, contaba con más de
trescientas casas de españoles fabricadas con “rajas de cal y canto cubiertas
de texa”, además de muchas otras construidas de “bajareque cubiertas de paxa”;
calles bien alineadas de diez varas de ancho permitiendo el establecimiento de
doce a quince mil vecinos. Tenía escuela de “latinidad y elocuencia,” y era de
“aires muy benignos por lo que lograban ambos sexos una dilatada vida.”
Durante este período experimenta la primera transformación
urbana importante desde su fundación. Un grupo de vecinos notables entre
quienes se destacaron Joseph Ygnacio de Ustáriz, dueño de la Hacienda “La
Concepción”, (Padre del Prócer Francisco Javier Ustáriz); El Capitán Gabriel
Montero y Don Ramón García de Sena y Rodríguez, (Padre del Prócer Ramón García
de Sena), propone y obtiene una serie de progresos algunos de los cuales son
los siguientes: La Fundación del nuevo Pueblo de Nuestra Señora del Buen
Consejo del Mamón (El Consejo) en 1777; La construcción en 1796 de una Capilla
al norte del poblado, en el sitio llamado El Calvario, ubicado en el Barrio
Arriba; la construcción de una nueva Iglesia dedicada a Nuestra Señora de La
Candelaria en el sido denominado La Otra Banda en 1791; la construcción de un
nuevo edificio para la casi bicentenaria Iglesia Parroquial al frente de la
Plaza Mayor y la mudanza del Cementerio a las afueras del pueblo en el sitio
llamado La Hoyada.
Pero la acción más relevante que emprenden es la de
solicitar del Rey Carlos IV de España la elevación del pueblo a la categoría de
Villa. Luego de un largo proceso durante el cual se examinan las circunstancias
de progreso y prosperidad que ha alcanzado el que fuera simple pueblo de indios
a finales del XVIII, el 6 de octubre de 1794 y el 5 de septiembre de 1795 se
pronuncian la Contaduría General de Madrid y El Rey, respectivamente y se le
acuerda el nombre de Villa de Nuestra Señora de Guadalupe de La Victoria con el
derecho de usar “Escudo de Armas”, “Divisa”
y formar su propio Ayuntamiento.
Por esos tiempos el Obispo Mariano Martí le ha censado 5.310
almas y al comenzar 1800 el Barón de Humboldt le calcula 7.000 habitantes.
Tiene para entonces hermosos edificios, una iglesia embellecida con columnas de
orden dórico aún sin terminar (la actual
Catedral de La Victoria se inauguró el 25 de julio de 1805); y todos los
recursos de la industria comercial. Producían entonces entre La Victoria y San
Mateo 4.000 quintales de trigo. Tenía la Villa en proporción más blancos que
Caracas; y La Otra Banda era «la parte más comercial». La población que para
1810 es de 7.100 habitantes, será para 1816, después de la batalla, de 4.482
almas. Más de 3.000 habitantes había perdido la ciudad en aras de un ideal.
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