NOTAS PARA LA
HISTORIA DE LA IGLESIA EN CAMAGUÁN.
Camaguán en
toda su existencia no ha tenido menos de cinco iglesias, comenzando por la de
barro y paja, con techos de palma. Sencillas de toda sencillez. Unas porque se
abandonó el pueblo en las tantas veces
que se vio frustrado y otras por acción de causas naturales. El 12 de
septiembre de 1.804, el Teniente Justicia Mayor de Camaguán don Andrés Martin
Muñoz dice en oficio al Arzobispo de Caracas y de Venezuela monseñor Francisco
de Ibarra que el 30 de agosto de1.803, un año antes, se destruyó la iglesia
local “quedando solo parado lo que hace al Presbiterio y el campanario”, pero
advierte que con la temporada de lluvias se ha rendido de tal manera que
“estamos esperando por horas suceda lo mismo” y decía que ignoraba si ekl padre
Joaquín María de Málaga, cura de Camaguán, se lo había participado. El padre
Málaga se ausento del pueblo en agosto de 1.803 para fundar un pueblo en el
Meta y no encargo a ninguna persona permanentemente del pasto espiritual sino el cura de Guayabal y de Arichuna fray
Serafín de Sevilla ,quien a veces venía
a decir misa y entregar la comunión. En
virtud de ello solicitaba Muñoz, a nombre del pueblo camaguanero que ordenase
la construcción de una iglesia en el mismo lugar. Manifestaba tener el pueblo
“entre indios y vecinos” mil y pico de almas, fuera de los que Vivian del otro
lado de La Portuguesa que aun siendo feligreses de la villa de San Jaime, por mutuo convenio se
administran los sacramentos en Camaguán. Solicitaba entonces
Andes Martin Muñoz licencia para
construir una iglesia “de horcones bajareque y palma como era ella.” Los fondos
para la obra lo proveerían los indígenas y demás vecinos, con el objeto de que
se les designara un párroco, es decir, que dejara de ser una misión para
convertirse en un curato secular o
parroquia dependiente del Arzobispo y no del prefecto y los misioneros
capuchinos como desde su fundación. El Arzobispo Ibarra le responde el 13 de
noviembre siguiente que entendería con el prefecto fran Juan Jose de Canillas
para resolver el pase de la población al ordinario. Refiere que el padre Málaga
cargo consigo hacia el Meta las alhajas y vasos sagrados de la iglesia de
Camaguán “las mejores” entre ellas una
custodia, un cáliz y unas vinajeras, todo de plata sobredorada. Una
comunicación en idéntico sentido fue remitida por el Teniente Justicia Muñoz al
Gobernador Guevara y Vasconcelos y este responde que se entenderá igualmente
con el Arzobispo para las providencias que debían obrar.
Pero la
cuestión siguió, No se definía nada. El 29 de septiembre de 1.805 los vecinos
de Camaguán Manuel Brizuela, José Antonio Toisen, Rafael Amaya, Rafael
Bermúdez, José Antonio Sánchez, Norberto Vásquez, Bautista Coronel, Juan Ángel Armario, José García, Agustín
Palencia, Manuel Flores, Anselmo Toisen, Gabriel Bermúdez, Juanico Zamora y
José Gregorio Vásquez solicitando la construcción de la iglesia y designación
del nuevo sacerdote y respaldando la
enviada el año anterior por el Teniente Muñoz dicen que: “… treinta años más o
menos ha fundado y dio principio a nuestra población el señor doctor Urbina (que en gloria esta)
desde cuyo tiempo tenemos entendido
quedo nuestro pueblo por la ordinaria eclesiástica hasta poco tiempo ha, ignorando la causa paso a los venerables
padres capuchinos, en cuyo término podemos asegurar a V.S.I. no hemos tenido
sino un párroco que haya asistido como tal cura”….Añaden en su comunicación los
vecinos de Camaguán que el pueblo se está despoblando y la gente no quiere venir
a él.
Solo fue en
1.811 cuando el Arzobispo Narciso Coll y Prat dio su aprobación para que el
vicario foráneo de Calabozo procediera a demarcar el territorio espiritual de
los camaguaneros. Los mismos indígenas
escriben al poder ejecutivo revolucionario y es precisamente un
guariqueño de San Francisco de Tiznados, el doctor Juan German Roscio, quien
remite al Arzobispo dicha comunicación en copia. Ejercía Roscio en ese
momento la Secretaria del Despacho de Gracia y Justicia, encargado de
esos trámites.
Lo que
reclaman los vecinos no tiene asidero, pues como hemos dicho en páginas
antecedentes, la fundación hecha por el padre Urbina a principio de 1.768 se
frustro y tuvo vicios en el proceso. Los
misioneros no habían entregado tal misión
porque ni de hecho ni de derecho existía. Es decir, no había sobrevivido
más allá de abril y es por eso que la refunda-por cuarta vez- el padre
Castro en septiembre siguiente.
Al fin, el
Arzobispo coll y Prat designa como
primer sacerdote, párroco primero de Camaguán a José Francisco Quintana, con
carácter interino. Este sacerdote también era guariqueño, pues había nacido en
Macaira. Llego a Camaguán el 12 de
diciembre y fue recibido con muestras de júbilo y afabilidad, pero dice al
superior “…esto está enteramente perdido; ahora se está fundando…”. Aprovecha
para reclamar las alhajas que se llevaron porque fueron costeadas por los
vecinos de Camaguán y algunos de calabozo, quienes exigen su reintegración a
la iglesia local. El padre Quintana
también fue progresista. Fundo la primera escuela de Camaguán, adscrita a la
parroquia, pero añade en su informe al Arzobispo que la gente era pesada para
asistir a la doctrina. Los indígenas permanecían desnudos y formo un conuco de
la comunidad para contribuir con el dinero producto de la venta de las
siembras, a vestir a los pequeños y a los adultos, pues le daba mucha lastima
verlos así a la intemperie, eran los propios indígenas quienes trabajaban la
tierra para procurarse el vestido. Monseñor
Coll y Prat estipulo el prorrateo de la cóngrua sustentación del
sacerdote en 150 pesos y de acuerdo al documento de erección de la nueva
parroquia en el ámbito del Guárico, fechado el 27 de enero
de 1.812 “…Venimos en admitir como admitimos la dimisión y entrega de él
creamos y erigimos su iglesia en parroquia secular bajo la invocación y título de la HUMILDAD Y
PACIENCIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO y señalándole por territorio parroquial
por ahora y hasta que pueda
rectificarse, el mismo que ha tenido en calidad de misión…”el cual era el mismo
señalado en las actas de la visita del obispo Mariano Martí. Estos son: al
poniente con la villa de San Jaime, al oriente con el pueblo de Cabruta,
distante cincuenta leguas; al norte con el pueblo de Tiznados distante
veinticuatro leguas y al sur con el pueblo de Atamaica (San Rafael) distante
veinte leguas. Es decir, 34 leguas de este a oeste y 17 de norte a sur. Añadía
finalmente el documento firmado por el Arzobispo que la iglesia de Camaguán…”debe
gozar de todos privilegios, exenciones y prerrogativas que gozan los demás de
este Arzobispado por derecho, uso y costumbre”.. el padre Quintana permaneció
al frente del curato hasta su muerte acaecida
a fines de 1.846 o principio de 1.847; un interinato de 35 años, pero
fecundo. Recordemos que instituyo la primera escuela de Camaguán, encontró un
pueblo abatido, aniquilado y lo reconstruyo de sus cenizas; solo la guerra
deshizo lo actuado por el padre Quintana.
Hacia 1.832
había como iglesia…”una capilla de bahareque doble cubierta de teja que sirve
de iglesia con sus tres naves con 25 varas de largo y 15 de ancho, enladrillada
la nave principal hasta el presbiterio
con 14 pilares de horcones cubierta de tabla de cedro”… tenía tres
puertas a los costados. El inventario de imágenes señala la presencia de una imagen de Jesús
crucificado de la cual estaba encargado de su custodia Juan José Navarro, un
sepulcro de madera pintada en poder “de la devota” Escolástica Piñango y la
imagen del sepulcro en poder de Casiano Bolívar; una imagen pequeña de la
Inmaculada Concepción también en
custodia de doña Escolástica Piñango una imagen de Santa Ana y otra de San
Joaquín muy maltratada, el Nazareno que se sacaba en procesión, al cuidado de
Casimiro Bolívar; una imagen de N.S. de los Dolores que se sacaba en
procesión y se hallaba en custodia por
Cayetano Obelmejias”.
Entre los
miembros distinguidos de Camaguán que se hallaban muy vinculados a la
iglesia podemos citar en 1.877 a Luis
María Briceño, Aureliano Fernández, que después radico en Apure; había nacido
en los valles de Aragua, en San Mateo o el Concejo; José María Hurtado, Víctor
Fleitas, J. Briceño, Ramón Núñez, ,hijo, Félix Fernández, Juan Pilatuna,
Santiago Hurtado, Eugenio Arago, P.P.Briceño, Carmen de Clermont, Ana Rosa de
Guruciaga y Rita P. de Fleitas.
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