Recordando al poeta de la Llanura......

Se crea este Blog, con el trabajo conjunto de los hijos y familiares del Poeta de Camaguán, quien dedicó su vida, aún fuera de su terruño, al estudio e investigación de su historia, tierra y costumbres, en una constante lucha para mantener vivas sus raíces y tradiciones. Germán Fleitas Beroes, plasmó en sus libros y escritos, su voluntad y esperanza de que su obra no quedara en el olvido, pues había mucho de Venezuela en ella. Amó su país y amó el rincón de suelo en el que nació y se esforzó en sembrar la identidad nacional a través de su pluma. Por eso, hoy sus hijos y familiares, juntamos nuestros recuerdos para crear esta página en honor a un venezolano auténtico.

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viernes, 2 de septiembre de 2016

NOTAS PARA LA HISTORIA DE LA IGLESIA EN CAMAGUÁN.(Camaguan 10)


NOTAS PARA LA HISTORIA DE LA IGLESIA EN CAMAGUÁN.

 

Camaguán en toda su existencia no ha tenido menos de cinco iglesias, comenzando por la de barro y paja, con techos de palma. Sencillas de toda sencillez. Unas porque se abandonó el pueblo  en las tantas veces que se vio frustrado y otras por acción de causas naturales. El 12 de septiembre de 1.804, el Teniente Justicia Mayor de Camaguán don Andrés Martin Muñoz dice en oficio al Arzobispo de Caracas y de Venezuela monseñor Francisco de Ibarra que el 30 de agosto de1.803, un año antes, se destruyó la iglesia local “quedando solo parado lo que hace al Presbiterio y el campanario”, pero advierte que con la temporada de lluvias se ha rendido de tal manera que “estamos esperando por horas suceda lo mismo” y decía que ignoraba si ekl padre Joaquín María de Málaga, cura de Camaguán, se lo había participado. El padre Málaga se ausento del pueblo en agosto de 1.803 para fundar un pueblo en el Meta y no encargo a ninguna persona permanentemente del pasto espiritual  sino el cura de Guayabal y de Arichuna fray Serafín  de Sevilla ,quien a veces venía a decir misa  y entregar la comunión. En virtud de ello solicitaba Muñoz, a nombre del pueblo camaguanero que ordenase la construcción de una iglesia en el mismo lugar. Manifestaba tener el pueblo “entre indios y vecinos” mil y pico de almas, fuera de los que Vivian del otro lado de La Portuguesa  que  aun siendo feligreses de  la villa de San Jaime, por mutuo convenio se administran los sacramentos en Camaguán. Solicitaba  entonces  Andes Martin Muñoz  licencia para construir una iglesia “de horcones bajareque y palma como era ella.” Los fondos para la obra lo proveerían los indígenas y demás vecinos, con el objeto de que se les designara un párroco, es decir, que dejara de ser una misión para convertirse en un curato secular   o parroquia dependiente del Arzobispo y no del prefecto y los misioneros capuchinos como desde su fundación. El Arzobispo Ibarra le responde el 13 de noviembre siguiente que entendería con el prefecto fran Juan Jose de Canillas para resolver el pase de la población al ordinario. Refiere que el padre Málaga cargo consigo hacia el Meta las alhajas y vasos sagrados de la iglesia de Camaguán  “las mejores” entre ellas una custodia, un cáliz y unas vinajeras, todo de plata sobredorada. Una comunicación en idéntico sentido fue remitida por el Teniente Justicia Muñoz al Gobernador Guevara y Vasconcelos y este responde que se entenderá igualmente con el Arzobispo para las providencias que debían obrar.

Pero la cuestión siguió, No se definía nada. El 29 de septiembre de 1.805 los vecinos de Camaguán Manuel Brizuela, José Antonio Toisen, Rafael Amaya, Rafael Bermúdez, José Antonio Sánchez, Norberto Vásquez, Bautista Coronel,  Juan Ángel Armario, José García, Agustín Palencia, Manuel Flores, Anselmo Toisen, Gabriel Bermúdez, Juanico Zamora y José Gregorio Vásquez solicitando la construcción de la iglesia y designación del nuevo sacerdote y respaldando  la enviada el año anterior por el Teniente Muñoz dicen que: “… treinta años más o menos ha fundado y dio principio a nuestra población  el señor doctor Urbina (que en gloria esta) desde cuyo tiempo  tenemos entendido quedo nuestro pueblo por la ordinaria eclesiástica hasta poco tiempo ha,  ignorando la causa paso a los venerables padres capuchinos, en cuyo término podemos asegurar a V.S.I. no hemos tenido sino un párroco que haya asistido como tal cura”….Añaden en su comunicación los vecinos de Camaguán que el pueblo se está despoblando y la gente no quiere venir a él.

Solo fue en 1.811 cuando el Arzobispo Narciso Coll y Prat dio su aprobación para que el vicario foráneo de Calabozo procediera a demarcar el territorio espiritual de los camaguaneros. Los mismos indígenas  escriben al poder ejecutivo revolucionario y es precisamente un guariqueño de San Francisco de Tiznados, el doctor Juan German Roscio, quien remite al Arzobispo dicha comunicación en copia. Ejercía Roscio  en ese  momento la Secretaria del Despacho de Gracia y Justicia, encargado de esos trámites.

Lo que reclaman los vecinos no tiene asidero, pues como hemos dicho en páginas antecedentes, la fundación hecha por el padre Urbina a principio de 1.768 se frustro  y tuvo vicios en el proceso. Los misioneros no habían entregado tal misión  porque ni de hecho ni de derecho existía. Es decir, no había sobrevivido más allá de abril y es por eso que la refunda-por cuarta vez- el padre Castro  en septiembre siguiente.

Al fin, el Arzobispo coll y Prat  designa como primer sacerdote, párroco primero de Camaguán a José Francisco Quintana, con carácter interino. Este sacerdote también era guariqueño, pues había nacido en Macaira. Llego a Camaguán  el 12 de diciembre y fue recibido con muestras de júbilo y afabilidad, pero dice al superior “…esto está enteramente perdido; ahora se está fundando…”. Aprovecha para reclamar las alhajas que se llevaron porque fueron costeadas por los vecinos de Camaguán y algunos de calabozo, quienes exigen su reintegración a la  iglesia local. El padre Quintana también fue progresista. Fundo la primera escuela de Camaguán, adscrita a la parroquia, pero añade en su informe al Arzobispo que la gente era pesada para asistir a la doctrina. Los indígenas permanecían desnudos y formo un conuco de la comunidad para contribuir con el dinero producto de la venta de las siembras, a vestir a los pequeños y a los adultos, pues le daba mucha lastima verlos así a la intemperie, eran los propios indígenas quienes trabajaban la tierra para procurarse el vestido. Monseñor  Coll y Prat estipulo el prorrateo de la cóngrua sustentación del sacerdote en 150 pesos y de acuerdo al documento de erección de la nueva parroquia en el ámbito del Guárico, fechado el 27 de  enero  de 1.812 “…Venimos en admitir como admitimos la dimisión y entrega de él creamos y erigimos su iglesia en parroquia secular  bajo la invocación y título de la HUMILDAD Y PACIENCIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO y señalándole por territorio parroquial por ahora y  hasta que pueda rectificarse, el mismo que ha tenido en calidad de misión…”el cual era el mismo señalado en las actas de la visita del obispo Mariano Martí. Estos son: al poniente con la villa de San Jaime, al oriente con el pueblo de Cabruta, distante cincuenta leguas; al norte con el pueblo de Tiznados distante veinticuatro leguas y al sur con el pueblo de Atamaica (San Rafael) distante veinte leguas. Es decir, 34 leguas de este a oeste y 17 de norte a sur. Añadía finalmente el documento firmado por el Arzobispo que la iglesia de Camaguán…”debe gozar de todos privilegios, exenciones y prerrogativas que gozan los demás de este Arzobispado por derecho, uso y costumbre”.. el padre Quintana permaneció al frente del curato hasta su muerte acaecida  a fines de 1.846 o principio de 1.847; un interinato de 35 años, pero fecundo. Recordemos que instituyo la primera escuela de Camaguán, encontró un pueblo abatido, aniquilado y lo reconstruyo de sus cenizas; solo la guerra deshizo lo actuado por el padre Quintana.

Hacia 1.832 había como iglesia…”una capilla de bahareque doble cubierta de teja que sirve de iglesia con sus tres naves con 25 varas de largo y 15 de ancho, enladrillada la nave principal hasta el presbiterio  con 14 pilares de horcones cubierta de tabla de cedro”… tenía tres puertas a los costados. El inventario de imágenes señala  la presencia de una imagen de Jesús crucificado de la cual estaba encargado de su custodia Juan José Navarro, un sepulcro de madera pintada en poder “de la devota” Escolástica Piñango y la imagen del sepulcro en poder de Casiano Bolívar; una imagen pequeña de la Inmaculada Concepción  también en custodia de doña Escolástica Piñango una imagen de Santa Ana y otra de San Joaquín muy maltratada, el Nazareno que se sacaba en procesión, al cuidado de Casimiro Bolívar; una imagen de N.S. de los Dolores que se sacaba en procesión  y se hallaba en custodia por Cayetano Obelmejias”.

Entre los miembros distinguidos de Camaguán que se hallaban muy vinculados a la iglesia  podemos citar en 1.877 a Luis María Briceño, Aureliano Fernández, que después radico en Apure; había nacido en los valles de Aragua, en San Mateo o el Concejo; José María Hurtado, Víctor Fleitas, J. Briceño, Ramón Núñez, ,hijo, Félix Fernández, Juan Pilatuna, Santiago Hurtado, Eugenio Arago, P.P.Briceño, Carmen de Clermont, Ana Rosa de Guruciaga  y  Rita P. de Fleitas.

 

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