La garza pulsa en el rio
Bordones de cielo azul
Tan pintoresco El Baúl
Hermano del pueblo mío;
Quisiera un árbol sombrío
Para sentirme arrendajo
Y al volar de gajo en gajo
Con mi trino y mi canción
Poniéndoles corazón
Ver mis penas agua abajo.
¿Cómo estarán los esteros
de mi Camaguan querido?
“La Portuguesa”, dormido
Con su carga de luceros;
¿cómo estarán los llaneros,
Aquellos de las consejas?
Los de las coplas añejas
Para que yo las glosara
De modo que no faltara
Mi nombre en las corralejas.
Cruzando por Venezuela
Me topé con las bauleñas
Perfumadas y trigueñas
Lo mismo que la canela;
Me pase la noche en vela
Contemplando las estrellas
Y al compararlas con ellas
De inmediato comprendí
Que las muchachas de aquí
Son más puras y más bellas.
Tierra de la vaca mansa
y del caballo cerdero
tierra brava del llanero
buena soga y buena lanza;
yo que cargo la esperanza
de compañera en mi ser
voy empezando a querer
estos versos que les dejo
porque mañana me alejo
Con la ilusión de volver.
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