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El fraile andaluz Tomás Bernardo de Castro, fue el designado para acometer la fundación de Camaguán por cuarta vez. Hombre también nervioso y calificado de violento, “tomó un grupo de indígenas guamos con los cuales emprendió la fundación que puso bajo la advocación de la Humildad y Paciencia de Camaguán, definitivamente, tal vez pensando en lo humilde y en la paciencia de que debía revestirse para soportar la situación pues ya había antecedentes negativos”
Se construyó la iglesia de bahareque y techo de palma, las casas de los indígenas y del cura. Bajo su égida quedaron los 22 hatos de la jurisdicción.
Imagen tomada del blog San Juan de los Morros |
Ya en 1770 se empieza a observar la importancia de la fundación y en 1792 en un informe del Prefecto, padre Lucena a sus superiores en España ratifica: “Esta misión ha sido y es muy útil para las entradas al terreno de entre los ríos Apure y Meta y para las nuevas fundaciones que en otros terrenos se van estableciendo…”
No fue fácil, sin embargo, consolidar la fundación. Hubo deserciones de indígenas motivadas a su naturaleza errante, rechazo a la doctrina y a la autoridad que al parecer era muy estricta.
En resumidas cuentas- dice Oldman Botello –“la Humildad y Paciencia de Camaguán, la isla de Camaguán como la citan algunos documentos, tuvo cuatro fundaciones: la de 1690, 1749, la de febrero de 1768 y la de septiembre-definitiva-de 1768 por el padre fray Tomás Bernardo de Castro, quien se mantuvo por largos años allí, sosteniendo su obra, a pulso, valor, disciplina, organización y estoicismo.”
Fuente: Historia de Camaguán. Oldman Botello
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