Recordando al poeta de la Llanura......

Se crea este Blog, con el trabajo conjunto de los hijos y familiares del Poeta de Camaguán, quien dedicó su vida, aún fuera de su terruño, al estudio e investigación de su historia, tierra y costumbres, en una constante lucha para mantener vivas sus raíces y tradiciones. Germán Fleitas Beroes, plasmó en sus libros y escritos, su voluntad y esperanza de que su obra no quedara en el olvido, pues había mucho de Venezuela en ella. Amó su país y amó el rincón de suelo en el que nació y se esforzó en sembrar la identidad nacional a través de su pluma. Por eso, hoy sus hijos y familiares, juntamos nuestros recuerdos para crear esta página en honor a un venezolano auténtico.

Damos disculpas a nuestros lectores pues nuevamente está presentando fallas el reproductor LISTENGO, lo cual impide escuchar los audios subidos en dicho programa. Trataremos de solventar a la brevedad dicho inconveniente.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Llaneradas

Llaneradas


 ¡Su palabra vaya "alante"!
perdóneme que le explique:


Con pastillas de "¡Ah Malaya!"
con oraciones de ensalmos
y con zumo de "¡quien quita!"
cura el llanero sus males.


El que quiera sentirse hombre
que venga al llano compadre,
para que pruebe si tiene
condiciones en el alma;
porque aquí los hombres sufren
pero no dicen palabras,
por lo mismo que son hombres
y tienen el alma grande


Venga a probar su malicia
caminando sin baquiano
al rumbo de cielo y tierra
que es como se anda en el llano.

Echele la pierna a un potro,
bájesele a un toro bravo
y no pierda la fe en Dios
cuando le toque, compadre,
cruzar a nado en lo oscuro
caño donde haya caimanes.


AUDIO LLANERADAS 

(CON EL BOTON DERECHO, MARCAR "ABRIR ENLACE EN PESTAÑA NUEVA”)


Y lleve su bastimento
cuando salga de camino,
y no le tema al caimán,
que para caimán, cuchillo,
ni a toro en sabana abierta
que para eso es la cobija,
ni a caballo corredor
mientras haya lejanía,
ni a bongo de cuatro bocas
si tiene buena espadilla,
ni a mujer que lo desprecie
ni a cantador que lo intrigue,
ni a mogote que lo envuelva
ni a guapo que se le arrime,
ni a rumor que lo trasnoche
ni a silencio que lo crispe
ni a pena que lo devore
ni a enfermedad que lo mine,
porque aquí todo se cura
con ¡Ah Malaya! y ¡quien quita!

El que quiera sentirse hombre
que venga al llano, compadre,
para que pruebe si tiene
condiciones en el alma;
porque aquí los hombres sufren
pero no dicen palabras,
por lo mismo que son hombres
y tienen el alma grande.

¡Perdóneme que lo alerte:
¡su palabra vaya "alante"!

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