La engañosa fundación del negro Fabián de Uribe.
En la segunda mitad del siglo XVIII, en los alrededores de Camaguán existían varios hatos de renombre, pertenecientes a terratenientes caraqueños; hacia 1758 el hato El Alcornocal era propiedad de Pedro Vicente Blanco de Uribe. Este hato tuvo mucha importancia en el poblamiento de la zona, ya que contaba, para esa fecha, con 29 esclavos y 30 libertos. Al año siguiente el hato, que pasó a manos del padre Antonio Alejandro Blanco Blanco de Uribe, tenía ya 69 esclavos. Entre los hatos mas pequeños pero igualmente importantes de la zona, estaba el hato Las Animas, perteneciente a José Antonio de Beroes (también Veroes), que se encontraba al sureste y era llamado en los documentos Las Animas de Beroes.
Tantos hatos y su producción de ganado y queso aumentaron la población, aún cuando las inundaciones periódicas, la plaga, las fieras y demás inconvenientes dificultaban un poco la permanencia en esos lugares.
Se hacía necesario, pues la fundación de un centro poblado, para establecer a las comunidades indígenas que deambulaban por los ríos cercanos.
Entre los que deambulaban esos territorios, estaba un negro liberto: Fabian de Uribe, a quien se le ocurrió fundar un pueblo en el sitio de Camaguán. Reunió un grupo de negros libertos, zambos, mulatos y algunos indígenas y se fue a Caracas a hacer gestiones ante la Gobernación y la Iglesia. El negro Fabián exigió que en lugar de un misionero, se nombrase un cura secular para la nueva población y se designó al presbítero Juan Antonio de Urbina el 23 de enero de 1768, con el título de “…cura de la nueva fundación de Camaguán con el título de Nuestra Señora de la Merced”
En sacerdote designado se dirigió pues, a Camaguán, donde fue recibido con respeto y dio su primera misa. Había para ese momento en Nuestra Señora de las Mercedes de Camaguán, 50 indígenas de diferentes etnias entre las que estaban Güires, Mapoyos, Guamos y Atapaimos. Había también varios negros y zambos. El capitán de los indígenas se llamaba Juan Ventura.
Sucedió que al día siguiente de haber llegado el padre; Juan Ventura, Fabian de Uribe y unos pocos indios y negros, se embarcaron en dos canoas y se largaron supuestamente a la búsqueda de un Capitán llamado Tomás que había pedido que lo buscaran. Tardaron varios dias sin volver, dejando al padre preocupado pues en el pueblo habían quedado algunas personas de las que desconfiaba. Finalmente volvió Fabian, pero volvió a marcharse con otra excusa.
Al final, el nerviosismo del padre que recelaba de todo, su incomodidad con el calor y la plaga, y la conducta oscura de Fabián, que al parecer estaba permanentemente ausente cometiendo delitos, hizo que renunciara a su misión y se marchó a Caracas a poner su denuncia.
El Negro Fabián fue apresado y el pueblo se disolvió nuevamente al faltar el guía espiritual. Pero vista la importancia de fundar un centro poblado en Camaguán, el 24 de septiembre de 1768, el Prefecto de las misiones, designó un nuevo misionero.
Fuente: Historia de Camaguán. Oldman Botello
Fuente: Historia de Camaguán. Oldman Botello
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