Se avecina el verano, las aguas volvieron a sus cursos disminuidas considerablemente, se van secando lagunas y esteros, las especies migratorias se preparan para trasladarse a tierras más húmedas, los pajonales empiezan a amarillear y la tierra se va resquebrajando, para llegar a la máxima sequía entre los meses de marzo y abril. Incendios en la sabana ponen oscuro el paisaje. Zamuradas por doquier. Pero después vendrá la corta primavera que cubre todo de verde y mas allá las copiosas lluvias que traerán las inundaciones de nuevo.
Llano Venezolano, tierra de climas extremos.
SED
-¡traigo los labios resecos
Negra la cara y la manta,
Me alcanzó la tolvanera
Pasando por el quemado¡
¡Quieto…caballo alazán
Que esta muy lejos el Hato
Y se rompieron los tientos
De la totuma y el cacho.
Quiero beber y no puedo,
Este pozo hiede tanto
Que no sé si seguir viaje
O enfrentármele a lo macho.
Cuando me inclino de nuevo
Me tumban el pelo’e guama
Las alas de los zamuros,
Las patas de los chicuacos,
Pero extiendo mi pañuelo
Suavemente sobre el fango
Y empiezo a sentir divino
El liquido putrefacto
Que se pone tibiecito
Después que orina el caballo.
Otra vez cojo camino
Con una copla en los labios,
Agradecido de Dios
Que siempre mete su mano
Que soledad
Que desierto
Que rica el agua en pañuelo,
La palma, el azul del cielo
El pozo y el toro muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario