PARRANDA
Las rosas de un galerón
Florecen en la cantina
Pulsa su luz mortecina
El candil en el horcón
Un indio guachamarón
Se para y saca pareja,
Sacude el polvo y se aleja;
El arpista bordonea
Y la zamba se menea
Del talón a la crineja.
¡Arpa que me rinde el sueño!
Grita un borracho fiestero;
Alegre como un jilguero
Canta un catire apureño;
Se arrima un calaboceño
Al banco del mujerío;
Corta nubes el tañío
Suena linda la alpargata
Y a distancia se retrata
La media luna en el río
Las muchachas , codo a codo
Bailan un “Seis Numerado”
Y es mucho el enamorado
Que va buscando acomodo…
El arpista en un recodo
Del arpa, borda el tipleo;
Van marcando el cintureo
Los hombres en buena ley,
Y a cien varas del caney
Se escucha el alpargateo.
Florecen en la cantina
Pulsa su luz mortecina
El candil en el horcón
Un indio guachamarón
Se para y saca pareja,
Sacude el polvo y se aleja;
El arpista bordonea
Y la zamba se menea
Del talón a la crineja.
¡Arpa que me rinde el sueño!
Grita un borracho fiestero;
Alegre como un jilguero
Canta un catire apureño;
Se arrima un calaboceño
Al banco del mujerío;
Corta nubes el tañío
Suena linda la alpargata
Y a distancia se retrata
La media luna en el río
Las muchachas , codo a codo
Bailan un “Seis Numerado”
Y es mucho el enamorado
Que va buscando acomodo…
El arpista en un recodo
Del arpa, borda el tipleo;
Van marcando el cintureo
Los hombres en buena ley,
Y a cien varas del caney
Se escucha el alpargateo.
¡Maraca que voy pelado!
Grita con gesto altanero
Un zambo faramallero
De chaparro encabuyado;
Se viene de medio lado
Hasta el quicio de la puerta;
Se deja la blusa abierta,
Se aprieta los pantalones
Y sacude los talones
Cuando escucha la revuelta.
La negra que lo acompaña
-negra de soga y cuchillo-
Sobre el pecho de un ladrillo
Con la pata lo “regaña…”
La mano busca la entraña
De la prima y del bordón;
Bajo la luz del horcón
La negra se le chacea
Y el hombre se bambolea
Como espiga en ventarrón
Grita con gesto altanero
Un zambo faramallero
De chaparro encabuyado;
Se viene de medio lado
Hasta el quicio de la puerta;
Se deja la blusa abierta,
Se aprieta los pantalones
Y sacude los talones
Cuando escucha la revuelta.
La negra que lo acompaña
-negra de soga y cuchillo-
Sobre el pecho de un ladrillo
Con la pata lo “regaña…”
La mano busca la entraña
De la prima y del bordón;
Bajo la luz del horcón
La negra se le chacea
Y el hombre se bambolea
Como espiga en ventarrón
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